
La situación actual de la mujer trabajadora del campo es por de más discriminatoria, esto es porque en esto lugares la mujer no tiene derecho siquiera a ser propietaria de sus tierras.
La vida de las mujeres transcurre con grandes limitaciones. Desde que nacen sus derechos están vedados. Ejercer esos derechos y decidir sobre la tierra y otros recursos, acerca de sus cuerpos y sus propias vidas, es un tema casi desconocido. Se les ve cansadas, con el rostro agrietado por largas horas de trabajo pesado bajo el sol.
No se puede seguir hablando en abstracto; hay que buscar la manera de que la gente se sienta representada porque hay necesidad de reconocimiento. En la medida que se escucha la voz de las mujeres y al rescatar su historia, sus aportes quedan registrados y se contribuye a transformar conductas y formas de pensar.
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